sábado, 14 de septiembre de 2013

CGT - Invento del Estado

Al enemigo hay que combatirlo. No pensemos que solo se trata del estado, sino también de sus estrategias.

Una de ellas la tenemos ahí enfrente, una siglas que no significan nada y que quieren usurparnos una historia que no les pertenece.

Unos excisionistas ambiciosos de poder, unos marxistas reprimidos conforman la afiliación de estas siglas. Es cierto que hay algun despistado que se ha creido el cuento de turno de esa organización, pero por regla general hay lo que hay.

Es una locura que haya gente dentro de la CNT que le guste ir de la mano de la CGT..... pero a la vista está que hay una resistencia al respecto y esta si creemos que va en la línea libertaria.

Lo que os mostramos no es más que "un mensaje" tanto a la vecindad como a todo viandante que pase por esos locales. La CNT aun está bien viva.

Pasabamos un día por los locales de CGT en Madrid y vimos esto.

 
calle Alenza - Madrid

El político metido a sindicalista

El político metido a sindicalista, Alfonso Alvarez, lleva años preparando en silencio su subida al estrellato dentro de la CNT por fin lo ha logrado siendo aupado Secretario General en este X Congreso. Pero esto no es una simple egolatría personal del dirigente político metido a sindicalista, esto es una operación de más calado a medio y largo plazo, es la intención de conducir a nuestra organización, a posturas reformistas con el pretexto de hinchar como un globo de afiliación a la CNT.

El político metido a sindicalista, Alfonso Alvarez, junto a la cúpula de dirigentes del sindicato de Córdoba y la participación activa y complaciente del comité regional de Andalucía en la actualidad, han sido y son los valedores y los que han apoyado al reformismo, a nivel nacional dentro de la Organización, con las llamadas telefónicas, contactos personales y viajes a distintos sindicatos en España y en la península, para tergiversar la verdad, convencer, manipular y ocultar lo que estaba pasando en Sevilla y en otros sindicatos en Andalucía, apoyando los falsos sindicatos, la compra de votos y la participación en elecciones sindicales con candidaturas independientes en el sindicato de la CNT de Sevilla, aconsejando, encubriendo y dándole cobertura y apoyo a los artífices de la operación reformista en Sevilla, Antonio Moragues, Vicente Escribano y Lorenzo Morales.

Si las bases de la CNT (ya hay que comenzar a hablar de cúpula dirigente y de bases dentro de nuestra Organización) decimos, si las bases, los sindicatos y el pensamiento Anarquista de la CNT no la remedian este nuevo Secretariado Permanente del comité nacional politizado, irá minando y progresivamente vaciando de contenido ideológico Anarcosindicalista y Libertario , llevando a la CNT a las aguas pantanosas y corrompidas del reformismo y a la participación en las elecciones sindicales acercándonos a la hermanastra y reformista CGT y así poder optar a otras prebendas del estado.

Para la difusión y el razonamiento de este escrito, que no nos cuenten cuentos.
Unos afiliado/as de la CNT

¡ Viva el Anarcosindicalismo ! ¡ Viva el anarquismo, abajo el reformismo !

Reflexionemos

Salud compañeras/os. 

Es necesario actuar, resistir y divulgar las ideas en las que nació la organización y hacer frente a la forma y métodos de actuar que se están empleando en la CNT. 

¿A qué se debe tanta decepción desde el X congreso? Quizás porque los acuerdos que de allí emanaron no son el resultado de un consenso. Se dirá que esta pasado ya, el tema del congreso y así sería si sus consecuencias no se vivieran a diario, por el funcionamiento vertical que se está imponiendo, sin olvidar la persecución, hostigamiento y expulsiones de personas y sindicatos, muy válidos para la causa, con unas trayectorias intachables. 

Bueno respecto a esto, si rebobinamos hay quien dijo que “había que limpiar sindicato por sindicato, porque teníamos al enemigo en casa”, no compañeros, no nos referimos a Carrillo en el 36, ni a Hitler en Alemania, solo hay que ir a Córdoba, diciembre del 2010. No creemos que todos los sindicatos que apoyaron la N.O. que se impuso, la apoyaran con un consenso de sus militantes y afiliadas/os, pues es bien sabido a ciencia cierta, que en muchos sindicatos impera la doctrina que imponen ciertos individuos, con espíritu narcisista, dirigente y dictatorial y al que no le gusten sus modos le echan, otra de las tendencias hacia la que han dirigido la nueva N.O., la libre expulsión si al comité de turno le viene bien, como viene ocurriendo como por ejemplo en la regional andaluza (entre otras). Se está intentando institucionalizar la CNT, aunque conlleve alguna concesión, para acabar en un sindicalismo como CGT, y poco a poco hermanar las dos organizaciones o integrándose una en la otra, probablemente sea CGT en CNT, pues CGT no convence a nadie. De ahí que se intente dar más poder a los comités e ir creando una estructura vertical de los sindicatos. Es curioso observar, que cada vez que empezamos a crecer, existan este tipo de enfrentamientos tan graves y serios, solo se nos ocurren 2 motivos: 

1- que a la vez que crecemos, la oferta para que nos integremos en el modelo sindical oficial también crece y muchos compañeros, tienden a ceder a él. (No hay peor droga que el dinero) 

2- que existan infiltrados por parte del estado, para encargarse que nunca pasemos de aquí y si lo hacemos sea aceptando el modelo sindical establecido. Sería más fácil que quien pensara de la forma 1, se fuera a otra organización más de acorde con esos planteamientos, pero claro las siglas CNT, con sus 100 años de historia tiene más solidez que con siglas nuevas como por ejemplo CGT que ni cobrando convencen.

Dirán muchos que esto es un pataleo, porque no nos gusta lo que se aprobó en el X congreso, con total rotundidad NOOOOOO!!!!! Lo que paso no es que hubiera dos caminos para un mismo fin, lo que se intenta cambiar es el fin y por ahí sintiéndolo mucho no en nuestro nombre. Y lo peor puede estar por llegar si el X congreso es solo un trámite para asestar el golpe definitivo en el XI congreso, eliminando en los próximos 4 años posturas y opiniones contrarias mediante expulsiones y así ganar por votos cualquier propuesta, como dice la canción “cuanto listo oportunista, los votos dan el poder” y nosotros decimos, abrir los ojos compañeras/os, abrir los ojos.

Una buena solución podría ser que se votara afiliada/o por afiliada/o, el resultado del X congreso, para así poder rectificar el comportamiento de los individuos que quieren dirigir al resto de la organización y no pueden, la prueba está, en el seguimiento del 29-S, no somos borregos compañeros, ni la CNT es CGT, ni tampoco es el PCE… Y para poder sacar conclusiones acertadas, no estaría nada mal repartir el vídeo integro (sin montar) del X congreso, y que se pueda entender la situación actual de la organización. 

Por todo lo dicho apelamos a la responsabilidad:

Compañera/o si piensas abandonar la organización por lo que estás viendo en la actualidad, no lo hagas, resiste, SIN TI NADA PODRÁ CAMBIAR. Si en tu sindicato te han quitado la voz, no se puede opinar distinto porque te excluyen y puedes terminar expulsado, intenta afiliarte a otro sindicato de CNT asambleario y colectivo, hay muchos más de los que puedes imaginar que funcionan así.

Han estudiado como tener el control de la organización, cuantos votos necesitan para dirigirla, preparando encuentros antes de los plenos, plenarias y congreso (no han tenido reparos en decirlo) para tomar acuerdos, censuran escritos al elíseo, faltas de respeto a compañeros y sobre todo cada vez que se piden explicaciones, responden con silencio y broma, sin tomar medidas ni soluciones ejem. compra votos Andalucía.

Compañeras/os expulsadas/os por motivos de ideas, no estáis solos, para nosotrasos NO ESTÁIS EXPULSADAS/OS, rebelaros, nunca podrán con nosotras/os, nuestros principios e ideas son más sólidas. Aunque son como los señoritos, antes son capaces de enviar a sus matones policiales para desalojar algún local, pero ni así, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio y los que piensan en entrar en los libros de historia por ocupar algún cargo en CNT, van a entrar sí, pero no como tienen pensado.

Resistencia!!!

viernes, 13 de septiembre de 2013

Que no te la "pegue" la CGT

 Delegados de la CGT con su acción directa

Estando el panorama como está, quienes dicen ser anarcosindicalistas prefieren estar bien alimentados, dejando que las/os trabajadoras/es picoteen un poco. Choricito, jamoncito, tortillita "española". ..... venid votantes y agradar vuestro estómago. Nos "chifla" su forma de hacer acción directa.
Seguir así campeones.

El Reformismo y sus tácticas

"Es imposible combatir a la CNT desde fuera porque, en mi experiencia, la CNT es un toro que se crece con la represión, no resulta positivo hacerlo de esa forma. En cambio, es muy fácil hacerlo desde dentro, con lo que se consigue, si no hundirla, sí debilitarla sustancialmente"

Indalecio Prieto (Ministro en la II República)

"No pienso aceptar un sindicalismo a tres, CCOO, UGT y CNT, sino un sindicalismo a dos, UGT y CNT, pero para eso, la CNT, debe poner los pies en la tierra y aceptar las elecciones sindicales"

Alfonso Guerra (vicepresidente del gobierno 1982-1991) en reunión con José Bondía (Secretario General de CNT-AIT 1979-1983), el cual, días antes de la resolución del VI Congreso de CNT-AIT en 1983 con respecto a las elecciones sindicales, envía a los medios de comunicación un comunicado donde afirmaba que CNT aceptaba las elecciones sindicales, confirmando, una vez más, la estrategia que ya expuso Indalecio Prieto.

José Bondía Román

Originario de Salamanca, trabajó en IBM y fue secretario de propaganda en el Comité Nacional de la CNT dirigido por Juan Gómez Casas. En 1979 fue nombrado secretario de la FAI y Secretario General de la CNT, confirmado en el V Congreso celebrado en Zaragoza en junio de 1980. Ocupó el cargo hasta enero de 1983 y fue quien inició las reclamaciones al gobierno español del patrimonio histórico del sindicato.

Siempre había sido uno de los representantes del sector más ortodoxo, pero desde 1983 se mostró partidario de participar en elecciones sindicales y se acercó al PSOE (mantuvo contactos con Alfonso Guerra). En octubre de 1983 fue expulsado de la CNT acusado de mala gestión económica y de la pérdida deliberada de archivos históricos. [3] Posteriormente su fracción se unió en 1986 a la del Congreso de Valencia, y ambas en 1989 formaron la Confederación General del Trabajo (CGT). El fue nombrado gerente del organismo encargado de la Celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América y consejero técnico de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

[febrero 1985] La CNT reclama al Gobierno 151 inmuebles de su patrimonio histórico

El patrimonio sindical histórico reclamado por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT) al Gobierno español se compone de 151 inmuebles repartidos en todo el país, además de varias rotativas, emisoras de radio, fondos cinematográficos y documentales y bibliotecas, según datos de esta central. Todos estos bienes fueron incautados a las sociedades obreras en 1939, afectando de forma especial a los dos grandes sindicatos de la época, CNT y UGT.

La dispersión actual de los bienes incautados y el deterioro de la organización, sumida en enfrentamientos internos y escisiones, plantea ciertas peculiaridades a la devolución del patrimonio histórico de la central anarcosindicalista.Las primeras reclamaciones del patrimonio histórico de CNT al Gobierno se produjeron en 1980, en un momento en que era secretario general de la central José Bondía, en la actualidad integrado en la rama escindida y unificada del sindicato. La reclamación hacía referencia a la totalidad de los bienes incautados en 1939, partiendo para su definición, como punto de referencia, de un inventario efectuado por la Administración Institucional de Servicios Socioprofesionales (AISS) en 1978. El inventario consideraba propiedad de la CNT 60 inmuebles, aunque únicamente 21 de ellos, repartidos en toda España, permanecían en propiedad de la AI SS en la fecha del inventario.

Las luchas internas de la central, unidas a la pasividad de los dos últimos Gobiernos respecto al espinoso problema del patrimonio sindical, han hecho que las reivindicaciones de la CNT respecto a su patrimonio histórico, al igual que las efectuadas por los otros sindicatos, permanezcan todavía a la espera de, una ley reguladora. Todo parece indicar que el Ejecutivo pretende regular en disposiciones separadas la cuestión del patrimonio sindical acumulado y la del patrimonio histórico.

La primera se halla en vías de r elaboración, con la participación de los dos sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT. La segunda, de formulación en cierta forma más difícil, debe abordar 1 el espinoso tema de los títulos y las formas de propiedad de los bienes incautados a las sociedades obreras y la legitimidad de los interlocutores. El anterior régimen, por otra parte, además de la incautación de las propiedades sindicales, procedió a embargar también la documentación relativa a sus propiedades. El inventario efectuado en 1978 por la Administración, según fuentes sindicales, debería haber tenido en cuenta la documentación de la Comisión Calificadora de Bienes Sindicales Marxistas o del Servicio de Incautación y Recuperación de Bienes sujetos a la ley de 23 de septiembre de 1939.

Bienes dispersos

La mayoría de los inmuebles reclamados por la central anarcosindicalista se encuentran en Andalucía, Aragón, Castilla y Cataluña. Muchos de ellos constituían sedes de CNT-FAI. Otros estaban dedicados a una variada gama de actividades, s desde sociedades cooperativas hasta escuelas racionalistas, pasando por ateneos libertarios, e bibliotecas y hasta sociedades agrícolas.El despliegue de actividades culturales que caracterizó la trayectoria de la CNT en el primer tercio de este siglo es la causa de que, además de propiedades inmobiliarias, la central reclame bienes de diferente índole. Los archivos de la organización, de gran valor histórico, se encuentran todavía depositados en Holanda y sujetos también a un litigio sobre su utilización por la propia central sindical. La CNT reclama al Gobierno español otros bienes, como las rotativas de Solidaridad Obrera y de El Noticiero Bilbaíno.

Dos emisoras de radio, un fondo cinematográfico compuesto por cerca de 100 películas, casi todas rodadas durante la guerra civil, se encuentran en depósito en los archivos de la Filmoteca Nacional. El sindicato asegura ser dueño también de aproximadamente el 35% de todo el fondo documental de los archivos de Salamanca, que se constituyó en buena parte mediante incautaciones realizadas a los sindicatos. Se reclaman asimismo las bibliotecas de nueve escuelas racionalistas de Barcelona.

Precisamente ayer, un grupo de militantes de la CNT-AIT decidió encadenarse en la sede del PSOE, en la calle de Ferraz, de Madrid, para reclamar el patrimonio histórico del sindicato anarquista.

En estos momentos hay dos organizaciones que se disputan las siglas de la CNT. Una de ellas, la unificada, que arranca de la escisión conocida como CNT-Congreso de Valencia, utiliza como definición las siglas CNT, mientras la otra rama ha seguido empleando las siglas CNT-AIT.

Fuentes del Ministerio de Trabajo han subrayado que las mayores dificultades para devolver el patrimonio histórico de la CNT se encuentra precisamente en determinar quiénes tienen derrecho a ostentar la titularidad de las siglas.

[octubre 1983] CNT-AIT niega que existan purgas políticas en el sindicato

"Por parte de la CNT-AIT no ha habido persecución implacable hacia nadie", señaló ayer Fernando Montero, secretario general de la citada organización, contestando a la información publicada ayer por este periódico. En ella, representantes del denominado sector aperturista de CNT-AIT aseguraban que los actuales responsables del sindicato estaban efectuando "una purga política" contra los seguidores de la corriente encabezada por José Bondía, partidario de adecuar la acción sindical a la situación actual de los trabajadores y de ir hacia la unificación con el sector CNT-Congreso de Valencia.Fernando Montero aseguró que la organización pretendía normalizar una situación creada por militantes que habían intentado formar un grupo de presión contra las tesis congresuales. "Eso", manifestó Montero, "en ningún caso es una persecución y no puede decirse que estemos realizando una purga política. Se trata de que cumplan las resoluciones aprobadas en nuestro congreso, pero nosotros no expulsamos a nadie".

El secretario general de CNT-AIT comentó que no creía en las posibilidades de unificación entre el sector CNT-Congreso de Valencia y el encabezado por José Bondía, asegurando que la CNT-AIT había efectuado un llamamiento a las distintas tendencias existentes.

"En cualquier caso", dijo el secretario general, "la unión entre Bondía y el Congreso de Valencia duraría muy poco". Según sus palabras, los actuales responsables de CNT-AIT se encuentrala tratando de normalizar la organización, tras la gestión de José Bondía y Antonio Pérez, anteriores secretarios generales, y que, de acuerdo con sus afirmaciones, "han dejado una deuda por encima de los 11 millones de pesetas no suficientemente justificada. Las gestiones de Bondía y Antonio Pérez pueden calificarse de despilfarradoras y nuestra labor es ahora la de lograr el ajuste a nuestra propias posibilidades".

[octubre 1983] La corriente 'aperturista' de la CNT estudia la reunificación con el sector Congreso de Valencia

La Confederación Nacional del Trabajo-Asociación Internacional de Trabajadores (CNT-AIT) puede ir a la unificación con el sector CNT-Congreso de Valencia en breve plazo. Una parte importante de la CNT-AIT, encabezada por el ex secretario general del sindicato, José Bondía, considera que la única salida que tiene la organización es participar en la acción sindical, acomodando la organización a la situación actual de los trabajadores. Por otra parte, José Bondía negó las acusaciones efectuadas hace una semana por el Pleno Regional de sindicatos de Cataluña de la CNT, que solicitó su expulsión.

Las acusaciones contra Bondía, al que se le atribuía haber negociado a espaldas del sindicato la venta de parte del archivo de Amsterdam a la Generalitat de Cataluña, tendrían como objetivo, según fuentes del sector aperturista, desprestigiar al antiguo secretario general de CNT y a sus contactos con el sector Congreso de Valencia de cara a la reunificación. El ex secretario general señaló que las negociaciones -"con el Ayuntamiento de Barcelona, y no con la Generalitat"- fueron explicadas en el Congreso de Barcelona el 8 de enero de este año.De acuerdo con sus afirmaciones, José Bondía tuvo contactos con el Ayuntamiento de Barcelona para permitirles el uso restringido de material microfilmado procedente de los archivos de Amsterdam. No obstante, la venta, estipulada en principio en 25 millones de pesetas no llegó a consumarse. CNT entregó un material a cuenta y recibió un único anticipo de un millón de pesetas. Y en cuanto a la desaparición de documentos de la sede de CNT, según el antiguo secretario general, en una reunión mantenida en Madrid entre Bondía y la nueva dirección se comprobó que las acusaciones no tenían base real.

Aunque Bondía no quiso confirmar la existencia de conversaciones con representantes de la CNT-Congreso de Valencia, fuentes de esta organización reconocieron que existía buena predisposición en este sentido y no negaron que se hubieran producido contactos entre militantes de ambos sectores.

De hecho, otras fuentes han confirmado que en el congreso que la CNT-Congreso de Valencia tiene previsto realizar en Madrid a finales de este mes, se hara público un llamamiento a la corriente aperturista de CNT-AIT, encabezada por Bondía y Antonio Pérez, ambos ex secretarios generales, para lograr una CNT única. De prosperar el llamamiento, se celebraria un congreso de reunificación.

Representantes de esta corriente aperturista -no permitida por los estatutos de la CNT- señalaron que "si se formaliza la expulsión de Bondía, de Nieves Navarro y de Antonio Pérez, lo considéraremos como una expulsión del colectivo de todos los cenetistas que pertenecemos a la corriente aperturista".
Los aperturistas consideran que la línea triunfadora en el VI Congreso de la CNT, que se celebró el pasado mes de abril en Torrejón de Ardoz, "está llevando, a cabo una persecución implacable contra todos los opositores a su línea. La actual dirección está efectuando una purga política". Defienden asimismo la gestión realizada por Bondía, Navarro y Pérez al frente del sindicato.

Una sola CNT

Este sector ha iniciado ya contactos con otros. grupos anteriormente escindidos de la CNT. Y además de los mantenidos con la CNT (Congreso de Valencia), se han llevado conversaciones con CNT dels Països Catalans y otros, para intentar reconstruir la confederación. "No queremos crear una tercera CNT", afirmaron, "sino que pretendemos realizar una operación parecida a la que llevó a cabo el PSOE cuando se apartó del sector histórico".

Los aperturistas consideran que los planteamientos de la actual dirección cenetista "no cubren el espacio sindical, ya que los trabajadores, por sus acciones sectarias, se alejan del sindicato, como tampoco cubren la acción social libertaria que correspondería a un sindicato como el nuestro. Con sus planteamientos, incluso en materia de gestión económica interna del sindicato, condenan a la organización a la marginalidad".

[octubre 1983] CNT de Cataluña pide la expulsión de José Bondía

El pleno regional de sindicatos de Cataluña de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), ha decidido, por unanimidad, pedir la expulsión del sindicato de José Bondía, que desempeñó el cargo de secretario general de la Confederación entre 1978 y 1982. En última instancia la decisión depende del sindicato del metal de Madrid, que es la asociación en donde milita actualmente Bondía.El pleno regional de Cataluña acusa al ex secretario general de la desastrosa gestión económica que ha llevado a la descapitalización del sindicato", según palabras e Esteban Alonso, secretario de prensa y propaganda de CNT de Cataluña. Sobre Bondía se han cumulado otros cargos referentes "la pérdida deliberada de documentación gráfica de los archivos históricos de la CNT-FA1 en Amsterdam, mantenimiento de conversaciones con la Administración socialista al margen de la organización y desarrollar una conducta raccionalista desde la celebración ,el último congreso".

En relación con los archivos de Amsterdam, el portavoz del sindicato señaló que Bondía había iniciado negociaciones con la Generalitat de Cataluña para microfilmar los documentos de Amsterdam. Según Alonso, la cifra que se barajó al principio para cerrar la operación fue de 25 millones de pesetas. 

Después de varias rebajas, la Generalitat adelantó a Bondía 1.500.000 pesetas que se invirtieron en los gastos del último congreso celebrado en Barcelona. En medios sindicales existe malestar sobre esta operación que nunca vieron clara y por estimar que se han perdido algunos documentos.

En la reunión se aprobó la línea posición sindical de CNT a los planes de reconversión industrial. En general se propone una campaña de "desobediencia civil como medida de rechazo a los planes de Administración que sólo conducirán a un incremento del número de desempleados".

[enero 1983] La línea 'progresista', partidaria de una mayor participación, se impone en el congreso de la CNT

El plenario del sexto Congreso de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) aprobó ayer mayoritariamente el informe de gestión elaborado por el secretariado nacional saliente. En concreto, votaron a favor del informe 73 sindicatos, frente a diecinueve que lo hicieron en contra, mientras que cuatro se abstuvieron. La aprobación de la gestión del comité nacional saliente significa la consolidación de la tendencia progresista, que persigue incrementar la presencia del sindicato en el mundo laboral "buscando nuevas formas de actuación que sean más dinámicas y acordes con el actual marco sindical y social".A pesar de haber conseguido la confianza de la mayoría de los sindicatos asistentes al congreso, la gestión del comité nacional saliente, encabezado Por Jose Bondía, fue objeto de agudas críticas que en la mayoría de los casos hacían referencia al estilo ejecutivista con que había desempeñado sus actividades. No obstante, las fuertes tormentas dialécticas que se desataron en algunas de estas intervenciones, "el funcionamiento del congreso ha sido mucho más dinámico y ágil que los anteriores", según manifestó Luis Andrés Edo, responsable de la organización del mismo.
El único conflicto de organización registrado ha sido el protagonizado por el Sindicato de Oficios Varios de Terrassa, que fue expulsado de las sesiones por negarse a cotizar el sello del congreso, que había sido impreso para financiar los gastos del mismo por acuerdo unánime del Pleno Nacional de Regionales.

José Bondía fue criticado personalmente por "haber tomado excesivas decisiones al margen de los acuerdos del sindicato", por "pactar con el imperialismo yanqui al elegir el bufete de Garrigues Walker como defensor de la devolución del patrimonio sindical de la CNT", por "pactar con el Gobierno socialista al entrevistarse con un miembro de la ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español" y, en general, por haber mantenido desinformada a la organización de las actividades del comité nacional.

Bondía contestó que si se había elegido el bufete de Garrigues Walker para la defensa de la recuperación del patrimonio sindical era porque la defensa de los intereses de la CNT merecía la actuación de los mejores profesionales del Derecho, con independencia de sus ideas.

Bondía admitió que el comité nacional había tenido que tomar numerosas decisiones en las que posiblemente se había incurrido en errores de subjetivismo, "pero que ello era debido a la falta de acuerdos previos, a la falta de iniciativas, ideas y apoyos por parte de los sindicatos que muchas veces nos han dejado solos". El secretario general saliente estuvo dramáticamente autocrítico al señalar la necesidad de un cambio en la forma de actuar. "La experiencia de los últimos años es que cada vez somos menos, cada vez cerramos más locales, cada día es más débil nuestro entusiamo, y si en un plazo breve no reaccionamos y nos adaptamos a la nueva realidad social corremos el riesgo de convertirnos en un grupo marginal o incluso desaparecer".

[enero 1983] Debate entre 'progresistas' e 'inmovilistas' en la apertura del VI Congreso de la CNT

Bajo el lema Más allá del cambio, unos setecientos delegados, en representación de doscientos sindicatos locales y de oficios, que agrupan a unos 40.000 afiliados en toda España, empezaron ayer en Barcelona las sesiones del VI Congreso de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). En este congreso, el segundo que celebra la organización tras su legalización en 1977, la CNT intentará hallar una solución para incrementar su presencia en el espacio sindical, manteniendo vigente su posición de no participar en los comités de empresa.

Los debates de las primeras sesiones ya han originado una cierta polarización de los asistentes, entre la llamada corriente progresista, que promueve la participación en una suerte de elecciones sindicales realizadas con el único objetivo de establecer el grado de representatividad real de cada sindicato, y la tendencia inmovilista, que considera innecesario tener que "transigir" con este tipo de formalidades para mostrar su fuerza en el mundo laboral.La línea progresista aboga por la promulgación de una ley sindical que reconociese un papel preeminente de las secciones sindicales de empresa y reconociese la soberanía de los sindicatos frente a los comités de empresa. Esta posición tendría puntos de coincidencia con los objetivos de la Unión General de Trabajadores (UGT) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que se han mostrado partidarios de modificar la legislación laboral vigente con el propósito de reforzar las secciones sindicales de empresa.

Esta corriente cenetista intenta desligarse de las limitaciones que imponen la disposición adicional sexta del Estatuto de los Trabajadores, que exige un 10% de delegados en los comités para participar en las negociaciones de ámbito superior al de empresa y para tener derecho a participación en determinadas instituciones. En concreto, este sector critica "el abuso que se ha hecho de los resultados electorales, ya que se han empleado no tan sólo para la elección de los comités de empresa sino que han servido como criterio para medir la representatividad de los sindicatos y lo que es peor, para establecer la proporción con que se ha de repartir el patrimonio sindical".

En la sesión inaugural, el secretario general saliente, José Bondía, desarrolló el contenido del lema Más allá del cambio, estableciendo una clara diferencia ,entre "el cambio político que propone el Gobierno socialista y el auténtico cambio en profundidad que la Confederación Nacional del Trabajo promulgamos".

Bondía, quien ya había anunciado con anterioridad al Congreso su propósito de no presentarse a la reelección, expresó con elocuencia los objetivos últimos de su sindicato que persigue "convertir el Estado en un administrador de las cosas en lugar de un gobernador de los hombres". Bondía se mostró optimista en su idea "de ilusionar a los hombres para que participen cada vez más en las actividades sociales hasta el punto de que hagan cada vez más inútil e innecesaria la existencia del Estado". El secretario general saliente denunció el hecho de que el patrimonio sindical histórico incautado a la CNT en 1939, valorado en más de 2.000 millones de pesetas, "a precios no especulativos", no ha sido restituido a la organización y manifestó su confianza en que el nuevo Gobierno socialista así lo haga.

El Congreso deberá elegir al nuevo secretario general y decidir en qué ciudad deberá residir el nuevo comité nacional. La organización de la localidad elegida nombrará a los representantes de organización, jurídica, archivos y Prensa, quienes junto al secretario general y los diez representantes de la ramas integrarán el nuevo comité nacional.

La mayoría de los asistentes son jóvenes que oscilan entre los 25 y 35 años, aunque es significativa tanto por su prestigio como por su capacidad sindical la presencia de un importante número de sindicalistas históricos.

[enero 1983] La Administración potenciará las secciones sindicales frente a los comités, segun el secretario general de la CNT

Fuentes oficiosas del Gobierno han prometido al actual secretario general de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), José Bondía, una nueva normativa sobre elecciones sindicales que permita la potenciación de las secciones sindicales como organismos de representación y negociación, según manifestó ayer el propio Bondía en el transcurso de una reunión informativa.

Esta posibilidad, que supondría la marginación de la figura de los comités de empresa, llevará a la CNT a plantear en su próximo congreso, a celebrar el día 12 de enero en Barcelona, la posibilidad de presentarse a las elecciones sindicales.El próximo congreso de la CNT viene precedido de un fuerte debate interno entre los que defienden continuar la línea de marginación que hasta ahora ha llevado el sindicato anarquista y los que propugnan una apertura mayor, tomando parte en el proceso sindical que se iniciaría con la nueva normativa que el partido en el poder habría anunciado.

Las discrepancilas surgidas en el seno de la CNT han llevado incluso a pedir por parte de algún comité regional la dimisión en bloque del actual Comité Nacional, encabezado por José Bondía, por haberse extralimitado en sus funciones. El Comité Nacional de la organización anarquista carece de poder ejecutivo y una decisión como la de cambiar la estrategia del sindicato ha sido interpretada por diversos sectores como excesivamente "ejecutiva".

Aunque Bondía declinó tomar postura como secretario general, a título personal, "como militante del sindicato del metal de Madrid", aseguró que él optaba por la vía de buscar nuevas alternativas a CNT, ocupando "el espacio sindical y la representatividad que nos corresponde oficialmente".

José Bondía admitió que la postura de la CNT respecto a los comités de empresa, era coincidente con la que UGT ha venido manteniendo, pero advirtió que era un planteamiento lógico si se tiene en cuenta la relación histórica entre ambas organizaciones. Al mismo tiempo, manifestó que en un plazo, más o menos corto, CC OO se desintegraría, pasando parte de sus militantes a integrarse en UGT y quedando otra parte enquistada en una organización marginal. "De aquí a tres o cuatro años", dijo, "el panorama sindical español quedará limitado a CNT y UGT".

Dimisión irrevocable

De llevarse adelante los planes de la Administración respecto a elecciones sindicales se pondría fin a la polémica existente en este sentido entre CC OO y UGT. El primero de los citados sindicatos ha defendido la existencia de los comités de empresa, como organismos de negociación y de representatividad, frente a UGT que se inclinan por potenciar las secciones sindicales.El actual secretario general aseguró que no saldría reelegido en el próximo congreso y que su dimisión era irrevocable. Su decsión la basó en dos razones: por un lado, por la conveniencia de que los cargos fueran rotando, y por otro, por su propia situación personal. El cargo de secretario general no está liberado y durante tres años ha tenido que compaginar su trabajo en una empresa de
Madrid con las tareas de la secretaría general.

Tres son los nombres que para ocupar el máximo cargo de la CNT se han venido barajando: José Luis García Rúa, profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Granada, Luis Andrés Edo, de Cataluña, y Arírtonio Pérez, antiguo secretario general de la CNT andaluza.

El Congreso, que contará con la celebración paralela de diversos actos culturales, será abierto en todos sus debates a los medios de comunicación y al mismo asistirán ungs setecientos delegados y aproximadamente 2.000 observadores.

[abril 1982] El patrimonio sindical reclamado por la CNT alcanza 2.000 millones de pesetas

A unos 2.000 millones pesetas se eleva el valor del patrimonio histórico de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), incautado durante la guerra civil española, según estimaciones de este sindicato. Del conjunto de locales que, según datos de la Administración, es de 130, y de 150 según la CNT, sólo seis están siendo ocupados por este sindicato. Treinta se encuentran en manos de la Administración y el resto ha sido cedido a terceros, según manifestó ayer José Bondía, secretario general de la organización libertaria.En una conferencia de Prensa celebrada ayer con motivo de la presentación en Presidencia del Gobierno del estudio jurídico elaborado por el gabinete de J&A Garrigues sobre reclamacíón de su patrimonio histórico, José Bondía, a quien acompañaban Federica, Montseny, representante del último comité nacional de la CNT, y Juan Gómez Casas, primer secretario general después de su reconstitución legal en 1977, señaló que el secretario de Estado, Villar Arregui, se había mostrado de acuerdo con la necesidad de restituir a la CNT el citado patrimonio.

José Bondía manifestó que la CNT tiene unos gastos por alquiler de locales de tres o cuatro millones de pesetas mensuales, que se vienen pagando con las cotizaciones de los afiliados. "Ello", matizó Federica Montseny, "demuestra el elevado número de militantes de CNT que sólo se nutre de las cuotas de sus afiliados, 150 pesetas mensuales mínimas".

Federica Montseny manifestó que le había sorprendido el que UGT y CNT no hubieran presentado una reclamación conjunta.

[abril 1982] La CNT convocará, en solitario, manifestaciones el 1 de mayo

El sector encabezado por José Bondía de la central anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) convocará manifestaciones y mítines en varias provincias españolas con motivo de la celebración del 1 de mayo. El lema que presidirá esta convocatoria será "Contra el Acuerdo Nacional sobre Empleo", informa Efe.Esta central sindical convoca en solitario estos actos, por considerar que es la única forma para que el sindicalismo autónomo e independiente pueda hacer escuchar su voz.

El fin de la convocatoria de este año, según dirigentes de la CNT, es dar una alternativa para resolver los problemas sociales desde el punto de vista de los trabajadores.

Además de su oposición al Acuerdo nacional sobre Empleo, suscrito por CC OO y UGT, la CNT plantea como objetivos de esta convocatoria la consecución de la semana laboral de 35 horas y la jubilación anticipada a los sesenta años.

[febrero 1982] La CNT no desea participar en la subvención sindical

José Bondía, secretario general d la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), señaló ayer en el transcurso de una entrevista mantenida con el ministro de Trabajo, Santiago Rodríguez Miranda, que la CNT no quiere participar en el reparto de 800 millones de pesetas a los sindicatos, por entender que se trata de una medida anticonstitucional que crea una dependencia de las organizaciones sindicales.La entrevista, primera que mantiene el citado sindicato con un representante del Gobierno español, en los últimos cuarenta años, se celebró a instancias de la CNT y en ella se trató del patrimonio sindical acumulado.

[marzo 1980] Las dos facciones de la CNT celebran plenarios paralelos

Ese fin de semana se encontraron reunidos dos plenarios distintos de la CNT, uno en Madrid y otro en Zaragoza, como consecuencia de la ruptura del sindicato histórico en varias facciones tras el reciente congreso nacional celebrado en Madrid, en diciembre pasado.La facción que se impuso en el último congreso y que tiene como secretario general a José Bondia se reúne para elaborar una estadística de los sindicatos integrados en la Confederación, que están o no de acuerdo con las resoluciones de aquel congreso, según manifestaron fuentes de esta tendencia a Europa Press. Asimismo, Indicaron que no se trata de ratificar o impugnar los acuerdos del V Congreso, pues éstos ya no se pueden modificar hasta la celebración de otro congreso, sino de clarificar las posiciones de los distintos sindicatos. Un 80% de éstos, añadieron, han expresado ya su conformidad con los acuerdos adioptados.

En Zaragoza se encuentra reunida otra facción de la CNT, según informa Enric Canals, para elegir un nuevo secretariado y un nuevo secretario general, tras el último período caracterizado por la impugnación de los acuerdos del V Congreso por 220 sindicatos de la CNT.

Este último sector, al que José Bondia ha calificado de «comisión seudofantasma», ha criticado la ocupación de la embajada de Holanda en Madrid. «Es una acción realizada por miembros del exilio-FAI, que nada tiene que ver con la CNT.» Las mismas fuentes añadieron que la devolución de los archivos históricos de la CNT, que se encuentran en Amsterdam, reivindicada por los asaltantes de la embajada y por la facción de José Bondía, tiene como objetivo poder hacer desaparecer los documentos en los que se da cuenta de la actuación de miembros de la FAl en el exilio durante la guerra civil.

jueves, 12 de septiembre de 2013

1979-1989: el proceso escisionista

El sindicalismo subvencionado y la crisis del movimiento obrero

Los Pactos de la Moncloa se habían firmado el 25 de octubre de 1977 contando al poco tiempo con la aprobación de todas las centrales sindicales menos con la de una CNT que comenzaba a sufrir una grave crisis interna. 

Como consecuencia de este nuevo pacto social, a principios de 1978 se celebraron las primeras elecciones sindicales a comités de empresa, con una gran abstención, en gran parte gracias al boicot de la CNT. No hay que olvidar que por entonces la Confederación era el tercer sindicato de implantación nacional, con una afiliación que oscilaba entre los 250.000 y los 300.000 afiliados. Pero la persecución sufrida a raiz de los sucesos del Caso Scala pondría punto y final al crecimiento de la anarcosindical, comenzado además su declive. A finales del mismo año la constitución fue aprobada, consolidándose así el regimen de monarquía parlamentaria herededa del franquismo.

La euforia del período de afiliación sindical masiva entre 1977 y 1978 se desinflaría en poco tiempo. A principios de los años ochenta había quedado claro que, lejos de ser uno de los movimientos más fuertes de Europa, los sindicatos españoles tenían uno de los índices más bajos de afiliación. Si las estimaciones sobre el número de trabajadores dados de alta después de la legalización de los sindicatos habían sido más que optimistas, la caída de la afiliación fue dramática. Aunque no hay disponibles datos fiables, es probable que menos de una quinta parte de los asalariados de España fueran miembros de sindicatos a finales de 1981, y la proporción caería incluso más en los años siguientes, llegando al bajo índice del 12 %. De hecho, los sindicatos subvencionados entraron en una profunda crisis de identidad. Una vez que la clase trabajadora había cumplido con su papel de “ariete” contra la dictadura, pasó a tener un lugar subalterno, sin apenas peso en la vida social y política nacional.

Ahora, eso sí, gozaba de sus derechos y las huelgas eran legales, pero paradójicamente su ejercicio se entendía como un atentado contra la estabilidad democrática. Y en ese discurso coincidieron tanto los partidos políticos “de izquierda” como las cùpulas de CCOO y UGT y los medios de comunicación monopolizados. Y todo lo que se había recompuesto durante una larga y dura lucha contra el régimen que había tratado de aniquilar hasta el último vestigio de organización, se fue quedando en una representación cada vez más ceñida a los sectores más estables, aventajados y tradicionales de la clase.

Las elecciones generales del 1 de marzo de 1979 dieron la victoria de nuevo a Adolfo Suárez que, con su grupo UCD, conseguía una amplia mayoría con 47 escaños de diferencia respecto a la segunda fuerza política, el PSOE de Felipe González.

Los resultados fueron prácticamente los mismos que en las anteriores elecciones, dos años antes. Estos comicios certificaron el fracaso de los partidos políticos que aún proponían la ruptura con el franquismo y que se habían opuesto a la Constitución aprobada en diciembre de 1978. Sólo el PTE (Partido del Trabajo de España) y la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) obtuvieron un número de votos significativo, pero poco después emprendieron un proceso de unificación que, paradójicamente, supuso la disolución de ambos partidos y la quiebra de sus sindicatos afines, CSUT (Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores) y SU (Sindicato Unitario). El resto de candidaturas de la izquierda “radical” sólo obtuvo resultados testimoniales, aumentando el desencanto y dando paso al reflujo de la izquierda revolucionaria.

CNT CGT
Manifestación en Elche. 1978.

Mientras tanto la derecha política irrumpía en el mundo sindical. De los restos de la CNS franquista (Central Nacional Sindicalista) surgieron numerosas iniciativas sectoriales, con especial incidencia entre los funcionarios, que formaron pequeños sindicatos de ámbito gremial o local próximos a los grupos políticos herederos del franquismo y amparados por instancias estatales. 

Finalmente, estos pequeños sindicatos se fusionaron y el 5 de junio de 1979 constituyeron la Confederación Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF).

El reflujo de la lucha obrera, y la represión desatada por el intento de grupos vanguardistas del movimiento libertario de sustituirla por la acción armada, convivían con nuevas formas de lucha y organización en las que el movimiento libertario jugaba un papel principal. Nacían las Radios Libres, impulsadas por colectivos libertarios locales, que sentaron las bases de la contrainformación en España: Ona Lliure de Barcelona, Radio Klara de Valencia, Radio Luna de Madrid, etc.

Pero, sobre todo, fue el tiempo de los nuevos movimiento sociales. A partir de abril de 1979, después de las primeras elecciones municipales democráticas, el potente movimiento vecinal se hundió estrepitosamente. Los militantes más destacados de las Asociaciones de Vecinos ocuparon puestos destacados en las listas electorales de los partidos de la izquierda y muchos pasaron a responsabiliarse de la gestión municipal; su marcha no encontró relevo en el movimiento ciudadano. Pero florecían nuevas entidades, como el movimiento antinuclear y ecologista, que superando al naturalismo de los pioneros se oponia al modelo de producción industrial y capitalista, o el movimeitno pacifista, que se centró en la crítica de la mili, hasta conseguir el reconocimiento de la objeción de conciencia y la supresión del ejército de reemplazo.

En este contexto se movía la CNT, muy dañada por la represión ejercida sobre el movimiento libertario tras el estallido del Caso Scala y la consiguiente campaña mediática de intoxicación y desacreditación meticulosamente orquestada desde las cúpulas del estado. El desencanto de la sociedad y el derrotismo de la clase trabajadora habían menguado la fuerza del anarcosindicalismo, que veía alejarse la perspectiva de una revolución social mientras soportaba una dura represión policial y mediática.
Pero había que hacer balance de lo acontecido y adaptarse a los nuevos tiempos que corrían. Inmersa en plena crisis y con una militancia dividida, la Confederación Nacional del Trabajo celebró su V Congreso entre los días 8 y 16 de diciembre de 1979 en la Casa de Campo de Madrid.

El V Congreso de la CNT y la primera escisión

Ya por entonces el clima estaba muy enrarecido. Las infiltraciones en la CNT habían sido numerosas, destacando por ejemplo la de los marxistas, que culpaban de todos los males de la CNT a lo que los llamaban despectivamente «exilio-FAI». Esta acusación no tenía ningún sentido puesto que la FAI se reorganizó en España tiempo después que la CNT. Hay que señalar que este hecho fue siempre muy usual en la historia del anarcosindicalismo español. 

Cuando los sectores más reformistas querían controlar la situación echaban la culpa de todos los males a la FAI -como por ejemplo hicieron los treintistas-, a la que acusaban de dirigismo y de grupo de presión dentro de la CNT. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que la FAI no tenía ese cometido y que jamás dominó sobre la CNT, porque sencillamente la propia CNT no se habría dejado.

Cartel 5º Congreso de la CNT. 1979.
También se había dado el caso de otros grupos que atacaron a la AIT, ya que pretendían integrar a la CNT en otras organizaciones internacionales de trabajadores. En esta línea marxista destacaron, por ejemplo, los anarcocomunistas de Mikel Orrantia con su periódico “Askatasuna”, estando muy cercanos a las tesis de los plataformistas de Archinov.

Pero un nuevo problema interno iba a afectar a la CNT, y éste mucho más grave de cara al V Congreso. Habían surgido dentro de la Confederación sindicatos paralelos a ella misma que actuaban de forma premeditada y con órdenes del día establecidos. Se les conocía como “Grupos de Afinidad Anarcosindicalistas” y estaban en la línea de actuación de Autonomía Obrera-Liberación, Movimiento Comunista Libertario, consejistas, marxistas, reformistas, etc.

El 10 de junio de 1979 el Secretariado del Comité Nacional anunció que estaba investigando a los Grupos de Afinidad Anarcosindicalistas y terminarian siendo expulsados en septiembre del mismo año por organizar una estructura paralela que doblaba a los órganos de la CNT con el objetivo de alterar el rumbo de la anarcosindical y reformar su táctica sindical mediante el control de las delegaciones que acudieran al Congreso. Estos grupos serían conocidos como “los paralelos“, responsables de una de las más burdas intentonas por intentar manipular los acuerdos de la anarcosindical. Entre los expulsados se contraban José María Berro y Sebastián Puigcerver, ambos miembros del Comité Nacional. Las expulsiones se repitieron en otros sindicatos y feraciones locales.

Mientras tanto, el exilio por fin había aclarado su situacion y acudiría al V Congreso la CNT de España como tal y el exilio integrado en ella. Con el tiempo la CNT exterior pasaría a denominarse Comité Regional del Exterior.

Todos, dentro y fuera de la CNT, eran conscientes de la importancia que tendría este comicio. Finalmente, el Congreso abrió sus sesiones, a las que acudieron 380 sindicatos y 40 con representación indirecta, lo que hacían un total de 420 sindicatos. Aparte de todos los puntos de normativa orgánica y estructura interna de la organización, el primero de los grandes temas importantes sería el de la estrategia laboral y sindical, donde ya se manifestaron fuertemente las dos corrientes de opinión. Fue aquí donde algunos sindicatos plantearon la participación de la CNT en el modelo sindical basado en los Comités de Empresa.

Foto del V Congreso de la CNT en la Casa de Campo. 1979.
Entrada al V Congreso en la Casa de Campo. Madrid.

Para los reformistas, las causas de la reciente crisis del «sindicalismo de clase y autónomo» se debía a «la automarginación de la CNT, a la ingenuidad y el exceso de ideologización de la práctica sindical» de los anarcosindicalistas. Frente al «maximalismo empleado como arma y argumento permanente en la lucha», planteaban «la necesidad de devolver a la CNT su identidad perdida», que para ellos tenía como base «la necesaria defensa de los intereses de los trabajadores, la lucha por mejorar las condiciones de trabajo y vida, arrancando al capitalismo cada vez más parcelas de poder y decisión».

A pesar de sus reiteradas declaraciones de retorno a lo que ellos entendían por los orígenes de la CNT, los reformistas aceptaban como hecho consumado el modelo sindical de los Comités de Empresa, copia sin retoques de los Jurados Mixtos, los Comités Paritarios y los Jurados de Empresa que siempre rechazó la CNT y que fueron causa de su marginación con la dictadura de Primo de Rivera y con la Segunda República (tras los decretos de Largo Caballero, promulgados precisamente para favorcer a la UGT) y motivo de exclusión de la lucha sindical en el seno de la CNS franquista.

Aunque la participación en los Comités de Empresa se convirtió en el principal punto de disputa del V Congreso, lo cierto es que los que estaban dispuestos a pasar por el descrédito de las elecciones sindicales mantenían una visión tan idealista como irreal del sindicalismo del momento. Para ellos, todavía era posible levantar y sostener una CNT revolucionaria -como la que se añoraba desde 1936- dentro del contexto de la época (a pesar de la firma de los pactos de moncloa y el apoyo mayoritario de la sociedad a la constitución de 1978). Creían que la CNT aún podía ser la «tercera fuerza sindical», como repetían machaconamente, y mantener el mismo ritmo de crecimiento y fortalecimiento que había disfrutado en los primeros años de la transición. 

Esto es importante ya que esa percepción de la realidad sindical y social española que promulgaban -y que luego se demostraría erronea- de una CNT sólida e imparable en su crecimiento y con un gran colchón social que la respaldaba, la significaban como lo bastante capaz para no dejarse engañar y aguantar las embestidas y tentativas de absorción por parte del capital, como sí le había ocurrido a las Comisiones Obreras.

Y si este crecimiento no se producía -según ellos-ó si se tenía una sensación de retroceso, sólo se debía a la intransigencia ideológica de un oscuro entramado, al que llamaban despectivamente «exilio-FAI», que defendía un «anarquismo anquilosado». De nada servía alegar que parte del exilio apoyaba sus postulados, como de nada servía explicar que algunos grupos ácratas reagrupados en la FIGA (Federación Ibérica de Grupos Anarquistas) secundaban sus propuestas.

Como ya hemos dicho, frente a las críticas de sus antagonistas, los reformistas oponían un transfondo reousseauniano: los sindicatos de la CNT serían capaces de participar en un sistema «continuista que desde el gobierno, capital y centrales reformistas se nos venía imponiendo [...] perpetuando la institucionalización de las relaciones laborales y la acción sindical» sin corromperse, sin caer en «el acomodo que se observa en la mayoría de los militantes y secciones sindicales de otras organziaciones». La CNT, buena por naturaleza, no sería corrompida por el nefasto sistema vigente.

CNT a CGT.
Foto de una de las sesiones del V Congreso.

El otro bloque, deminado por los reformistas «exilio-FAI», también creía que la revolución social era posible en la España de 1980, como lo fue en la de 1936 y como lo habría podido ser en la de 1975. Pensaban que si todavía no se había iniciado el proceso revolucionario, se debía a la destructora intervención del estado y de la patronal, por medio de infiltrados policiales (Caso Scala), por no mencionar las intentonas de manipular la Confederación por parte de los grupos trotskistas.

Pero los reformistas estaban decididos a renovar de arriba abajo el anarcosindicalismo y fuera de la CNT también contaban con aliados. Muchos estudiantes y medios de comunicación alternativos, especialmente la revista “Bicicleta“, se alinearon con la idea de «renovar la CNT». También otros núcleos que habian quedado al margen de la reconstrucción confederal incitaban una renovación que les permitiera actuar abiertamente en los sindicatos cenetistas. Entre estos merece la pena destacar al PS (Partido Sindicalista), formado por un puñado de afiliados que habían intentato resucitar el viejo partido de Ángel Pestaña. Al frente del PS estaba José Luis Rubio Cordón, un antiguo falangista que había formado parte, como otros afiliados del partido, del FSR (Frente Sindicalista Revolucionario), organización de corte falangista.

Finalmente, y tras un intenso debate, la propuesta fue rechaza por una amplia mayoría de los sindicatos. El Congreso consideraba que las elecciones sindicales trasladaban el parlamentarismo burgués a la empresa. Se aceptó en su lugar la asamblea de fábrica, pero la CNT mantendría su propia personalidad en ella. Se posicionó a favor de los convenios colectivos y de la negociación, siempre y cuando en ésta no interviniese el estado. Las negociaciones nunca irían en detrimento de la pérdida de derechos de los trabajadores. Como puntos básicos de negociación entraría la reducción de jornada laboral y el adelantamiento de la edad de jubilación. El Congreso rechazaba también la regulación de empleo y los expedientes de crisis, comprometiéndose a luchar por una plataforma reivindicativa de clase. Por último habría que destacar el rechazo al Estatuto de los Trabajadores pues se consideró que potenciaba el sindicalismo reformista, la contratación temporal y el abaratamiento del despido.

El último punto del congreso fue la relación de la CNT con otros organismos y organizaciones. Por aplastante mayoría se aprobó el mantenimiento de una relación fraternal con la FAI y la FIJL. En lo internacional se tendría relación con la IFA (Internacional de Federaciones Anarquistas) y se ratificó la adhesión a la AIT (Asociación Internacional de los Trabajadores).
Pero ya antes de finalizar, cincuenta y dos delegados partidarios de «las tesis renovadoras» y por lo tanto disconformes con la posicón mayoritaria ante las elecciones sindicales, queriendo romper el congreso, leyeron un comunicado denunciando que en el comicio se estaban produciendo -según ellos- falta de libertad de expresión, autoritarismo, violencia y amenazas. Estos delegados con sus sindicatos abandonaron el congreso, pues éste se negó a suspenderse.

Posteriormente estos delegados impugnaron los acuerdos y convocaron del 25 al 27 de julio de 1980 un nuevo Congreso Confederal en Valencia al que acudieron 300 delegados y más de 100 sindicatos. Allí se posicionaron a favor de los Comités de Empresa y se aprobaron las elecciones sindicales.

De esta manera ratificaron la ruptura, quedando escindidos de la CNT, que de este modo lograba matenerse fiel a los principios anarcosindicalistas. Los objetivos de esta escisión no eran sino arrastrar a la Confederación hacia posturas que históricamente no le correspondían, arguyendo que soplaban nuevos vientos para el sindicalismo. Todo esto provocó una querella importante, tanto a nivel moral como general, pues las siglas fueron usurpadas por los escindidos a la legitima CNT.

Foto de José Bondía, Secretario General de la CNT.
José Bondía Román.
Secretario General de CNT tras el V Congreso de 1979. Fue el máximo responsable de la segunda escisión de 1983 que culminaría con una falsa “reunificación” en 1896 entre la facción de Bondía y la del Congreso de Valencia, que posteriormente, en 1989 se denominaría CGT. Tras intentar destrozar a la CNT pasaría a ocupar en 1992 la gerencia del organismo del V Centenario, creado por el PSOE para la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América. Posteriormente ocupó un cargo de político como “consejero” técnico en La Casa de la Moneda. Los buenos servicios prestados en la segunda fase de destrucción de la CNT fueron bien recompensados.

Tras el V Congreso se eligió a un nuevo Comité Nacional -convirtiéndose José Bondía Román en el nuevo Secretario General- pero la escisión marcó profundamente el devenir de la CNT. Los medios de comunicación se hicieron eco de esta trascendental noticia, dando cobertura informativa sobre todo a los escindidos -aceptar las reglas del juego tenía sus recompensas-, que tras su Congreso pasarían a llamarse «CNT-Congreso de Valencia».

Esta nueva organización estableció una estrategia sindical completamente distinta a la que había sido aprobada en el V Congreso de la CNT: aceptaban subvenciones y participar en las elecciones sindicales, los diferentes comités tenían poder de decisión y contaban con militantes profesionales o liberados, tanto en los Comités de Empresa como en la propia estructura confederal. Y a pesar de todo esto, y sin ningún tipo de escrúpulo, áun se decían herederos de la CNT.

Aun así durante 1980 la actividad de la CNT no paro. En la línea de recuperación del Patrimonio Histórico, se produjo la ocupación y recuperación en el 1º de Mayo del local de Villaverde Alto. La ultraderecha seguía golpeando, y ese año fueron asesinados Arturo Pajuelo, militante de los movimientos ciudadanos y Jorge Caballero, militante anarquista. También se participó en diversos conflictos laborales entre los que destacaron el encierro de trabajadores en Torrejón de Ardoz (Madrid), junto a los sindicatos CSUT y SU, así como los conflictos de Cádiz, Huelva o Bilbao.

El 23 de febrero de 1981 se produjo el golpe de Estado patrocinado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. La CNT condenó el hecho y llamó a una huelga general. La anarcosindical catalogó el golpe, no como un hecho aislado, sino como la culminación de todo un proceso premeditado.

Se continuó en la lucha por la recuperación del patrimonio y por el reintegro de los archivos históricos de la organización, llegando a un acuerdo con el Instituto de Historia Social de Ámsterdam, donde se encontraban los documentos de la CNT.

El VI Congreso de la CNT y la segunda escisión

En las elecciones generales legislativas celebradas el 28 de octubre de 1982 se produjo la victoria electoral del PSOE, con 202 escaños. La CNT hizo campaña por la abstención y advirtió del grado de colaboracionismo que la socialdemocracia había mantenido en toda su historia como parte integrante del capitalismo.

Pero la CNT continuaba con su declive. A esto se unió que el Secretario General, José Bondía, actuó de manera ejecutivista al tomar decisiones por encima de la base de la CNT, lo que provocó fuertes fricciones en la ultima etapa de su ejercicio. Incluso se mostró favorable a presentar a la CNT en las elecciones sindicales.

Pero además Bondía se sirvió del cargo para intentar imponer sus planteamientos reformistas a la organización y desviarla así de sus principios, llegando incluso a mantener contactos -de espaldas a la organización- con Alfonso Guerra, vicepresidente del gobierno. Las promesas del PSOE ponían sobre la mesa una auténtica oferta de compra de la CNT.

Con este panorama tan dispar se llegó al VI Congreso de la CNT celebrado en Barcelona entre el 12 y el 16 de enero de 1983, acudiendo a él 209 sindicatos, 12 regionales y mas de 500 delegados. Aunque la gestión del Comité Nacional fue aprobada -la trama por entonces era ignorada por la militancia confederal-, José Bondía seguía opinando que la CNT podía ser reformista o sindicalista revolucionaria según las circunstancias. Tan movido fue este Congreso, que el punto mas candente -de nuevo, las elecciones sindicales- no se resolvió aquí sino en uno extraordinario en Torrejón de Ardoz, celebrado entre el 31 de marzo y el 3 de abril del mismo año.

Antes de continuar es importante destacar la reunión mantenida por entonces entre Bondía y Alfonso Guerra, en la que el por entonces vicepresidente del gobierno dijo:
«No pienso aceptar un sindicalismo a tres, CCOO, UGT y CNT, sino un sindicalismo a dos, UGT y CNT, pero para eso, la CNT, debe poner los pies en la tierra y aceptar las elecciones sindicales»

Esto debió de calar hondamente en Bondía, consciente además de que sería grátamente recompensado, y días antes de la resolución del VI Congreso con respecto a las elecciones sindicales, envió a los medios de comunicación un comunicado donde afirmaba que la CNT aceptaba las elecciones sindicales. 

Esto confirmaba, una vez más, la estrategia que ya expuso en su momento Indalecio Prieto, ministro de la II República:
«Es imposible combatir a la CNT desde fuera porque, en mi experiencia, la
CNT es un toro que se crece con la represión, no resulta positivo hacerlo de esa forma. En cambio, es muy fácil hacerlo desde dentro, con lo que se consigue, si no hundirla, sí debilitarla sustancialmente»

Pero Bondía erró en su presagio y tras un tenso debate el Congreso Extraordinario ratificó los acuerdos del V Congreso condenando los comités de empresa y las elecciones sindicales. Por lo que estos nuevos acuerdos volvieron a provocar una escisión y veintiseis sindicatos abandonaron la Confederación. Los escindidos pasaron a unirse con la «CNT-Congreso de Valencia», formando así lo que ellos llamaron la «CNT-Renovada».
Poco antes, Juan Gómez Casas se había dirigido a José Bondía de la siguiente manera:

Atención: «Nuevas» Definiciones sobre anarcosindicalismo

El compañero Bondía afirma que la CNT, como los demás sindicatos entra en el “ranking” de las fuerzas sindicales del Estado y como tal favorece la evolución del sistema en éste o aquel sentido y se convierte se quiera o no en evolucionista en ausencia de situaciones revolucionarias. Sí, en cierto modo.

Es evolucionista en el sentido de que durante la preparación al dilatado tránsito revolucionario es o debe ser un formidable factor de impregnación y contagio que haga evolucionar al pueblo hacia las condiciones que van a propiciar el cambio radical. Esa evolución es lo que yo llamo el crecimiento de la conciencia revolucionaria dentro y fuera de los lugares de trabajo. (Algunos sonríen al oir hablar de esto). De cualquier manera el compañero Bondía se equivoca cuando nos llama “estáticos” porque sólo esa nueva conciencia significa un cambio real. La imitación clara de lo que hacen otros, con pretensiones de originalidad, es como pretender avanzar pedaleando en esas bicicletas inmóviles que se utilizan para hacer ejercicios físicos en el interior de una habitación. Pero, acto seguido, se perfila una actitud mucho más ambigua en el trabajo de Bondía, al afirmar éste que para equilibrar la balanza y para reencontrarse con el anarcosindicalismo habría que ir a posiciones más sindicalistas. Un pequeño galimatías. Porque, si por definición somos anarcosindicalistas y no otra cosa, ¿tenemos que ir al sindicalismo para luego regresar a lo que somos por naturaleza? ¿Qué significa esto?

Vaciamiento de los contenidos de la CNT. El problema de la integración.

Como a Bondía no le agrada mucho la historia, sobre todo cuando va contra sus improvisaciones, puede que no sepa que situaciones confusas como ésta ya se dieron en la CNT durante la dictadura de Primo de Rivera y posteriormente con las polémicas entre Santillán, Pestaña y Peiró, sobre todo en las de estos dos últimos. Pestaña acabó definiendo a la CNT como un continente más que como un contenido. Un continente sirve para meter cosas dentro. Habiéndose agarrado al sindicalismo neutro acabó fundando un partido para infundir a aquél, desde fuera, un cierto contenido Cierto que la postura de Bondía no es esto, pero las implicaciones de cuanto dice son imprevisibles.

Tras afirmar que, descartando la integración política o de participación en la lucha por el poder, queda nuestra necesaria e inevitable integración en el tejido de la sociedad española, termina diciendo que, porque tenemos voluntad de constituirnos en fuerza social, esta no marginación (entiéndase integración, digo yo) ha de ser lo más profunda posible, siendo una parte fundamental en el entramado social. Pero la sociedad española o el entramado, como lo conocemos hoy, es el sistema. Y la sociedad española, o el sistema es todo, es decir, los que trabajan, los parados, los marginados, los oprimidos, los opresores, los cuerpos represivos, los políticos, la pluralidad de instituciones, el Estado. ¿Es aquí donde hemos de integrarnos de una forma “potente”, se nos dice?

Ante todo, ¿qué es estar integrados? Integrar es reunir las partes de un todo, armonizarlas, para que ese todo pueda cumplir sus funciones naturales. Tales funciones reconocen incluso discrepancias, diversidad y oposición hasta ciertos límites, pero todo ello en razón de que es necesario para el funcionamiento normal del todo. Por consiguiente, para la consolidación del todo, es decir, del sistema. Así es como entiende la cuestión el reformismo político. ¿Están la CNT y el movimiento libertario integrados así en el sistema? NO. Estamos dentro del entramado del sistema. Esto nos condiciona ciertamente, nos limita, nos reprime, se nos impone por medio de regulaciones autoritarias.

Pero estamos contra el sistema, no somos una pieza indispensable para el desarrollo del sistema. De hecho, estamos en una situación real de marginación conscientemente asumida. Desde ésta intentamos contagiar nuestros valores y nuestras ideas-fuerza, penetrar hasta el corazón mismo de esta sociedad por nuestra teoría y nuestra práctica. La integración-colaboración como la entiende, quiera o no, Bondía, nos dejaría inermes y desarmados para la defensa de alternativas tendentes al cambio radical y profundo de la sociedad y convertidos en simple tejido del sistema.

En líneas generales se ratificó todo lo acordado en el V Congreso aunque, tras el VI y el Extraordinario, la Confederación se encontraba muy mermada en fuerzas, merced a las escisiones que había sufrido. Como el nuevo Comité Nacional estaba también a favor de las elecciones sindicales, presentó la dimisión y un Pleno Nacional de Regionales eligió a Fernando Montero como nuevo secretariado de la CNT.

6º Congreso de la CNT. Barcelona. 1983.
Aunque tras los congresos de 1983 la CNT quiso volver por los caminos de antaño, las escisiones la habían dejado en situación casi residual. Comenzó además una lucha a partir de entonces por la legitimidad de las siglas frente a los escindidos y por la recuperación íntegra del patrimonio histórico robado por el franquismo, lucha que se extendería en el tiempo y llegaría hasta nuestros días.

Mientras tanto, en su afán por conviertirse en la «tercera fuerza sindical», y así justificar la necesidad de su ruptura, los escindidos fueron perdiendo señas de identidad anarcosindicalistas y absorbiendo a los pequeños núcleos sindicales descontentos que venian del sindicalismo reformista. Y todo esto para que, según sus propios datos, su representatividad a día de hoy no se acerque al 2%. Pero esto en el fondo ya es lo de menos porque ¿qué sentido tiene colocar una organización en la cúspide de la representación sindical a costa de ir haciendo concesiones, desechar los principios que la originaron y su razón de ser?

En 1989, tras el dictamen judicial favorable a la CNT-AIT, la pérdida de las siglas obligó a los escindidos que formaban la «CNT-Renovada» a adoptar otro nombre: CGT (Confederación General del Trabajo). Este cambio fue aprovechado por el sector más reformista para llevar adelante sus propuestas en el congreso celebrado un par de meses después, con una organización prácticamente dividida. Esta división terminaría por generar la primera escisión de los escindidos, dando lugar al nacimiento de Solidaridad Obrera.

La Confederación Nacional del Trabajo había retomado sus esencias, pero no sin pagar un alto precio: una dolorosa ruptura sindical, una considerable pérdida de militantes y una sensación de amargo desencanto que tardaría en superar.

Llegados a este punto, y a modo de conclusión, creemos que hay que tener el valor suficiente para llamar a las cosas por su nombre, para admitir lo que se es, lo que se hace y reconocer el papel que se representa: la vergüenza de intentar aparentar algo mucho más legítimo y honrado de lo que en realidad se hace. Ese papel lo representa fielmente CGT todos los días, y no hablamos de las personas, sino del origen y posterior trayectoria consumada y contrastada de esta organización. Por todo lo estudiado en este apartado (y las posteriores experiencias vividas), no podemos sino afirmar que CGT es el resultado del intento más burdo del poder por destruir la CNT.

Pero, una vez más, no se había logrado acabar con la CNT. Si bien la anarcosindical tendría que afrontar ahora la larga travesía del desierto de los años noventa.

Diferencias entre CNT y CGT

Con el fin de clarificar algunas dudas que frecuentemente se nos plantean por parte de simpatizantes e interesados/as en nuestros principios, tácticas y finalidades, creemos conveniente citar brevemente algunas de las diferencias respecto al funcionamiento y la estrategia sindical existentes entre la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Confederación General del Trabajo (CGT). A menudo, acuden muchos/as trabajadores/as con la intención de afiliarse que piensan que la CNT había desaparecido o que se había transformado en la CGT, también hemos conocido algunos afiliados/as a la CGT convencidos de que la CNT ya no existe, y después hay otros trabajadores/as que piensan que las dos organizaciones sindicales mantienen la misma estrategia anarcosindicalista.

Lo primero que debemos hacer antes de analizar las diferencias básicas entre las dos organizaciones, es estudiar su historia y fundación.

Añadimos este link de nuestra Web, -de lectura imprescindible- donde se describe con detalle el periodo en que se produce el proceso escisionista en la CNT.
1979-1989: el proceso escisionista - El sindicalismo subvencionado y la crisis del movimiento obrero

ELECCIONES SINDICALES Y COMITÉS DE EMPRESA
Las Secciones Sindicales constituidas por los y las trabajadores/as afiliados/as a la CGT, se presentan a las Elecciones Sindicales y sus Delegados/as pueden formar parte del Comité de Empresa
El/la Delegado/a Sindical disfruta de las ventajas e inmunidad ante el despido que le otorga la Ley Orgánica de Libertad Sindical (LOLS) enmarcado en el modelo de representación unitaria, privilegios que no tienen sus propios/as compañeros/as de trabajo, -incluido el mantenimiento de liberados/as sindicales cuando la mayoría de votos y acumulación de horas sindicales lo permita- prescindiendo de la permanencia en su puesto de trabajo para dedicarse a tareas “estrictamente sindicales”.
Las Secciones Sindicales formadas por trabajadores/as de CNT adquieren representación propia en las empresas y no se presentan a las Elecciones Sindicales ni forman parte del Comité de Empresa

Los/las Delegados/as de la Sección son elegidos/as en Asamblea y revocables en cualquier momento, no tienen ningún privilegio con respecto al resto de sus compañeros/as y no viven del sindicalismo. Toda la plantilla afiliada a la CNT se autoprotege conjuntamente y reivindica junto al resto de trabajadores/as las mejoras pertinentes y la estrategia a seguir. Los/las trabajadores/as se sienten integrados y partícipes de sus propias reivindicaciones, evitando el delegacionismo y actuando de forma directa contra los empresarios. La acción directa sin intermediarios es la premisa a seguir, ya que siempre se intenta priorizar la acción sindical a la vía jurídica, que queda relegada a los casos estrictamente necesarios. La Sección Sindical de CNT tiene vinculación directa al Sindicato, a sus acuerdos y estrategia sindical.

SUBVENCIONES DEL ESTADO
La CGT recibe todos los años una cantidad de dinero ingente de las arcas del Estado, este dinero procede de unas subvenciones que son otorgadas en proporción a su representatividad sindical en las empresas donde tiene presencia. Se trata de una cantidad que va en función del número de delegados obtenido en las elecciones, es decir, del porcentaje de “representación” que alcanzan. Por poner un ejemplo, en el año 2011 la Confederación General del Trabajo (CGT) recibió una cantidad de 218.684,29 € (ver BOE-A-2011-3079) y, así mismo, en el año 2012 recibió 223.490,65 € (ver BOE-A-2012-10936)
La CNT, al no participar en las elecciones sindicales, rechaza de manera frontal las subvenciones, sea cual sea su procedencia, como bien se encuentra reflejado en sus Estatutos. La financiación de los Sindicatos de la CNT está basada en la autogestión y procede de las cuotas de su afiliación o de otras formas acordadas por la Asamblea del Sindicato (aportaciones voluntarias y desinteresadas de afiliados/as y simpatizantes, cenas, jornadas, etc,…) No recibe ningún importe para la organización de cursos de formación y la labor formativa corresponde al propio Sindicato en cuestión. De esta forma se consigue plena autonomía en la toma de decisiones y en el desarrollo de la acción sindical en las empresas.

ASALARIADOS CONTRATADOS
La CGT tiene abierta la posibilidad para la contratación de asalariados/as en sus Sindicatos. Los Sindicatos federados en la CGT tienen plena autonomía para la contratación de asalariados/as en el desempeño de sus funciones sindicales.  Se da el caso de Sindicatos de la CGT que mantienen a diferentes Secretarías con un contrato asalariado que podría ser muy parecido al de cualquier empresa. Un ejemplo reciente, es el del  Secretario de Acción Social de la Confederación Territorial de CGT de Madrid, Castilla La Mancha y Extremadura que fue despedido por la CGT porque interfería en su labor como administrativo del Sindicato de Limpieza, también de la CGT.

La CNT no tiene cargos remunerados en la organización. Ninguna Secretaría de los distintos Comités tiene un cargo remunerado. Los Comités de la CNT solo son órganos de coordinación, representación externa y puesta en marcha de acuerdos tomados en las Asambleas de los diferentes ámbitos confederales. No tienen poder de decisión, son elegidos desde la base y pueden ser revocados en cualquier momento. Los miembros de sectas religiosas o las personas que se presentan en las listas de cualquier organización política no pueden ocupar cargos orgánicos en la CNT. Es una forma de mantener el poder de decisión en las Asambleas de los sindicatos federados y evitar politizar el sindicalismo. El hecho de no tener asalariados/as hace que no existan luchas internas de “poder”, tal y como ocurre en otras organizaciones, la labor militante de la afiliación gestiona y desarrolla las tareas propias del Sindicato.

OTRAS CONSIDERACIONES

A parte de las diferencias más importantes descritas anteriormente, también existen otras consideraciones que convierten a la CNT y a la CGT en dos organizaciones muy distintas. La CGT, en sus Estatutos, sigue citando el patrimonio de la CNT que pudiera corresponderle (Título XI, Art.74), como si dicha organización se autoproclamase la heredera de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). La CNT lleva muchos años exigiendo el patrimonio del cual disponían los/las trabajadores/as afiliados/as antes del expolio por parte de la dictadura franquista, solo se ha compensado económicamente una cantidad inferior a la tercera parte del patrimonio confederal.

La CNT está adherida a la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), de la que forman parte diferentes organizaciones del sindicalismo revolucionario en todo el mundo. Solo puede existir una Sección por país, por lo que la CGT no se encuentra en la AIT, por ese motivo y porque no es considerada una organización revolucionaria, en tanto recibe subvenciones del Estado y participa en el delegacionismo corporativo de los Comités de Empresa. 

La CGT forma parte de una especie de Internacional “paralela” llamada “Coordinadora Roji-Negra”, de la cual forman parte unos pocos Sindicatos reformistas de Europa, cuyo funcionamiento y práctica sindical es muy parecido al de CGT.